Pasear por las calles de cualquier ciudad en esta época del año implica varias cosas. La primera: seguramente vayas a pasar calor. La segunda: cada escaparate de cada tienda que te encuentres por el camino lucirá llamativos carteles en los que se lea REBAJAS en letra bien grande. Y es que el comienzo del verano trae consigo numerosos descuentos y promociones. Productos en oferta por los que muchas personas han estado esperando durante largos periodos de tiempo. Unas semanas emocionantes para los consumidores, pero que pueden convertirse en estresantes para los comerciantes.
En periodos de rebajas es muy común el aumento exponencial del número de pedidos y ventas en cualquier comercio. En las de verano, por supuesto, no es distinto. Durante estas fechas, la tendencia al alza no únicamente ocurre en establecimientos físicos, los cuales pueden optar por aumentar su plantilla para afrontar el boom, sino que también se da en el comercio electrónico. Y, aquí, las dificultades pueden ser mayores: las tiendas online pueden saturarse y los servicios de entrega pueden verse seriamente afectados en lo que respecta a eficiencia y tiempos de entrega. Una catástrofe en lo que a la satisfacción del cliente se refiere.
Desafíos de reparto en épocas de rebajas
El aumento del volumen de pedidos durante los periodos de rebajas puede ser un verdadero desafío para el servicio de entrega de cualquier negocio. El número de entregas a las que se ha de hacer frente es mucho mayor que el habitual, por lo que una buena planificación y gestión es clave para evitar el caos más absoluto. Los negocios deben trabajar para evitar situaciones que provoquen retrasos en sus repartos o entregas defectuosas al cliente. Un hecho que seguro que no le hace nada feliz, provocando una -muchas veces irreparable- pérdida de confianza. ¡La inmediatez lo es todo en el comercio electrónico!
De esta manera, cada comerciante deberá evaluar sus circunstancias en esta época y adelantarse a lo que pueda ocurrir poniendo en marcha medidas efectivas. En el caso de contar con una flota de vehículos de reparto propia o en modalidad renting: ¿Se dispondrá de más vehículos durante estos periodos? ¿Se aumentarán o modificarán las rutas de reparto? ¿Se utilizarán vehículos de mayor capacidad? ¿Se optará por vehículos de tamaño reducido y amplia maniobrabilidad? Todas estas preguntas han de tener una respuesta optimizada a cada caso antes del comienzo del periodo de rebajas. Así como plantearse la posibilidad de contratar a más personal de reparto a modo de apoyo.
Por otro lado, cada comercio ha de tener en cuenta otros factores de manera preventiva y con carácter previo al comienzo de las rebajas. Uno de ellos es el correcto funcionamiento de la tecnología de seguimiento de los productos adquiridos por el consumidor. Es vital asegurarse que en periodos de alta demanda esta tecnología opere correctamente para evitar generar incertidumbre en el comprador. Por supuesto, imprescindible es hacer lo propio con los vehículos que conforman la flota de última milla del negocio: ¡Ojo con no tener los mantenimientos y revisiones al día!
Factores externos a tener en cuenta
La logística urbana es un factor más a tener en cuenta a la hora de que un comercio prepare su estrategia de última milla en periodos de rebajas. A este respecto, debe tenerse en cuenta que el aumento de pedidos puede afectar al tráfico en las ciudades. Sin duda, habrá más vehículos de reparto en las calles y carreteras. Así, la flota de cualquier negocio ha de estar pensada para operar en circunstancias de tráficos congestionados, con vehículos maniobrables que pueden acceder a todo tipo de espacios de forma rápida y evitando atascos.
Además, las rebajas de verano tienen una dificultad añadida en lo que se refiere a la entrega a domicilio: el ausentismo. En esta época es muy común que los compradores abandonen sus domicilios durante largos períodos para disfrutar de sus vacaciones, por lo que puede que muchas puertas no se abran a la hora de realizar el reparto. Un entorpecimiento del servicio que puede causar muchos problemas logísticos a las empresas y que puede evitarse promoviendo el uso de puntos de recogida en tiendas u otro tipo de establecimientos. Una alternativa ágil y cómoda tanto para el consumidor como para el comerciante.
Planificar y adelantarse a las necesidades es, por lo tanto, la clave del éxito de la última milla en periodos de rebajas. De esta forma, el comercio únicamente deberá preocuparse por aumentar sus beneficios durante esta época. ¡Y de disfrutar del verano!