Europa continúa apostando por la movilidad sostenible y por los vehículos eléctricos como medio para reducir las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero. Y lo hace ahora queriendo impulsar los sistemas de recarga de vehículos eléctricos en todos los países del territorio UE con una nueva normativa recién salida de Bruselas y que entrará en vigor a partir del año 2026.
El objetivo de esta nueva normativa es muy simple: lograr que los países europeos cuenten con una red de cargadores extensa y eficiente que haga frente a la ambiciosa meta marcada para la próxima década: reducir las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero en un 55% para el año 2030. Así, se pone solución a una de las desventajas que los vehículos eléctricos vienen arrastrando desde su eclosión hace ya unos años, animando a continuar por esta vía sostenible tanto a particulares como a empresas. ¡Los beneficios superan ya los inconvenientes!
Medidas para la nueva red de cargadores
Como resumen de las medidas más relevantes aprobadas en esta nueva normativa europea y que comenzarán a aplicarse hacia 2026, encontramos:
- Instalar estaciones de carga con una potencia mínima de 400 kW, ubicadas, como mínimo, cada 60 kilómetros a lo largo de la red básica de la Red Transeuropea de Transporte. Para el año 2028, la potencia mínima requerida será de 600 kW.
- Instalar puntos de recarga para autobuses y camiones eléctricos cada 120 kilómetros como mínimo, con una potencia que oscile entre los 1.400 kW y los 2.800 kW.
- Instalar estaciones de repostaje de hidrógeno cada 200 kilómetros en la red básica de la Red Transeuropea de Transporte para el año 2031.
- Permitir el pago mediante tarjeta o dispositivos contactless, sin obligar a los usuarios a suscribirse a servicios específicos.
- Mostrar el precio en kWh o kilogramos, según el tipo de combustible alternativo utilizado o en función de la duración de la sesión de carga (minuto/sesión).
Facilidades para vehículos comerciales eléctricos
La nueva norma europea no únicamente marca un rumbo sostenible para la movilidad, sino que también apuesta por la creación de flotas comerciales eléctricas. Tras la aplicación de la normativa, la carga de estos vehículos alternativos y sostenibles será más sencilla, favoreciendo su rendimiento y eficiencia, reduciendo sus gastos de mantenimiento y utilización y contribuyendo a que los negocios lleguen a sus clientes de forma limpia independientemente del lugar de entrega (sobre todo en lo que respecta a centros urbanos). Todo ello, velando por el respeto del medio ambiente y por la calidad del aire que todos respiramos en las ciudades.